domingo, 1 de noviembre de 2009

Cuando quieres desaparecer...

¿Nunca os ha pasado?

A mí la verdad que unas pocas veces. Tienes la opción de encerrarte en tu habitación, no querer hablar con nadie, ponerte la música a tope, hasta que te cansas o te aburres y vuelves a salir.

También puedes ir a contarle lo que te pasa a alguien y desahogarte. Por mucho que algunos digan lo contrario, sacar todo lo que llevas dentro viene bien de vez en cuando. Y las ganas que tenías de dejarlo todo atrás pues bueno, ya no son tantas.

Yo me inclino más por ir a nadar. La piscina es uno de esos sitios en los que yo consigo evadirme. Sobre todo los días de poca afluencia en los que tienes una calle para ti sola. Y nadas. Un largo tras otro. Sigues nadando a pesar del cansancio. Un, dos, tres, respiro, un, dos, tres, respiro. Salgo como nueva.

Cuando hace bueno, paseíto por el río. Encontré un sitio el año pasado perfecto para sentarse y pensar. Ves a la gente pasar: los típicos que salen a correr, las abuelas paseando al perro, las parejas de enamorados... A pesar de todo, un buen sitio.




Hoy es de esos días que me gustaría desaparecer, pero desgraciadamente ninguna de estas opciones me vale...



3 comentarios:

  1. Echo de menos el sonido de tu persiana por las mañanas :(

    Pero ya sabes, mi casa tambien es un buen sitio para desaparecer un rato...

    ResponderEliminar
  2. A veces es mejor que sea el mundo el que desaparezca, más difícil, pero más efectivo.

    ResponderEliminar
  3. jaja acabo de descubrir q otra más se ha unido a la secta :P

    ResponderEliminar