martes, 2 de febrero de 2010

GUÍA TURÍSTICA


No os lo había dicho, pero la semana pasada fue mi primera vez. Sí, sí, parece mentira que tenga que estar a punto de cumplir los 21 para decidirme a visitar PARIS.







Me fui con Maite y Andrea a un albergue y pasamos 4 días geniales en la capital francesa.


Lo primero: La Tour Eiffel. Cuando vayas a verla, bájate en la estación de metro de Trocadéro, las vistas son impresionantes.


Después date el capricho de hacer el crucero por el Sena, verás todos los monumentos que se encuentran a sus orillas y la verdad, merece la pena.


Paséate por Montmartre, el barrio bohemio por excelencia. Tómate un café en la cafetería "Les deux Moulins" y acércate a la frutería donde trabajaba el amigo de Amélie. Sube hasta el Sacré Coeur. Si lo encuentras al torcer en una esquina, te impondrá. Si me permites una sugerencia, haz un descanso para comer en el restaurante "Le Ronsard", a los pies de la Basilica, con unas vistas estupendas.

Si después se te antoja un café, te recomiendo el Starbucks que hay junto a la parada de metro Blanche, con vistas al Moulin Rouge.


Cuando vuelvas al centro, admira la catedral de Notre Dame por fuera (entra si quieres, pero si no lo haces tampoco te pierdes nada, en este caso la belleza está en el exterior) y sorpréndete con las vidrieras de la Sainte Chapelle.


Si te gusta el arte, acércate al Centre Pompidou, al Louvre, al Arco de la Defensa, al Musée d'Orsay. Si prefieres la moda, tienes visita obligada a los Campos Eliseos. Si te gusta pasear, les Tuileries, les Champs de Mars, les Jardins de Luxembourg...


Por último, he de aconsejarte que te pierdas, que pasees por esta maravillosa ciudad y vayas descubriendo paradas de metro artísticas, raperos bailando en medio de la calle, edificios majestuosos... Y por supuesto, no te olvides de entrar al metro, ahí es donde encontrarás a los verdaderos parisinos.


lunes, 1 de febrero de 2010

Últimamente en mi ordenador siempre suena la Rockola, una emisora de radio en internet.

Hoy, escuchando a mi querido Carlos Goñi, me he topado con una de mis canciones favoritas, no sólo por la bonita melodía y la preciosa voz del cantante de Revólver, si no por lo sentido de la letra:


El peligro no es cuestión de un par de golpes,
El peligro es no saber a dónde ir.
El peligro es no encontrar jamás tu sitio
y sentir que ya llegaste sin salir.



El peligro es el fantasma que planea
sobre aquello que juraste un día alcanzar,
y te ata de las manos
mientras graba en tu pellejo
una cifra, una letra y a volar,
una cifra, una letra y a volar.


Y correr dicen que es cosa de cobardes,
pero todos somos carne de cañón;
yo lo soy y no me importa
confesar que más que nadie,
pero ¿aquí, quién no es cobarde por amor?


El peligro es perder a quién se ama
con la furia que desata el huracán,
comprobar que en casa ya no espera nadie
y que no hay nadie a quien puedas esperar,
y que no hay nadie a quien puedas esperar.



Y correr dicen que es cosa de cobardes,
pero todos somos carne de cañón;
yo lo soy y no me importa
confesar que más que nadie,
pero ¿aquí, quién no es cobarde por amor?,
pero ¿aquí, quién no es cobarde por amor?


El peligro es cuando queman las entrañas,
por amor o desamor, ¿qué más me da?,
y el valor se te hace escarcha
y el aire explota y amarga
en tu pecho por la mujer que se va,
en tu pecho por la mujer que se va.