sábado, 31 de octubre de 2009

MAGIA




Esto es magia. Lo demás son tonterías. Ni la mejor versión de Claudio, que he de reconocer que es buena, muy buena, lo consiguee!!

Un examen menos, y después de comer a casa, que ya iba siendo hora.

"Y desconfío de aquellos que lo tienen todo más claro que el agua, ¡Qué miedo, qué espanto! Hipócritas falsos... Yo prefiero dejar el desierto repleto de huellas, errores y aciertos buscando..."

viernes, 30 de octubre de 2009

No me gusta Halloween

Me gusta llegar a comer y que haya pasta (sin atún por favor). Me gusta dejarme un huequito en el estómago para el postre cuando como fuera. Me gusta estar delante de la carta de postres, indecisa, porque todo me gusta y no me sé decidir. Me gustaría saber cocinar como mi madre. Y como mi abuela.


Me gustan los paseos de las mañanas de verano por la playa. Pies descalzos, pies mojados, pies fríos. La playa está casi desierta, para nuestro disfrute exclusivo. Me gusta otear el horizonte e imaginar lo que no veo pero que sé que está allí, a unos pocos kilómetros de distancia. Me gusta bañarme los días de fuerte oleaje, esos días en los que la gente se encierra en casa delante de la tele y no sale para nada. La playa con lluvia y olas que te revuelcan hasta asegurarse que todas las partes de tu cuerpo están llenas de arena, son todas para mí. Me gusta Los Caños.


Me gusta salir los días de lluvia sin paraguas. Mojarme hasta los huesos y no preocuparme por ello. Respirar el olor que desprenden las piedras del suelo, el césped mojado. Me divierte ver correr a la gente en busca de un lugar donde resguardarse mientras yo disfruto bajo la lluvia. Sola o bien acompañada.


Me gusta como huelen mis sábanas cuando llego a casa después de dos meses. Me gusta como huelen los libros recién sacados del plástico que los envuelve. Pero también me gusta como huelen los libros viejos, esos libros que tienen mil historias que contar. Me da pena que la gente no lea, que la gente no disfrute con las maravillosas aventuras que los libros nos transmiten.


Me gusta cuando sonríes, cuando me abrazas. Pero no me gustan los besos vacíos, los besos sin sentido, los besos forzados y obligados. Tampoco los abrazos que no deseas dar. Me gusta mirarte de reojo, que te des cuenta y sonreir de vergüenza. Me reconforta saber que estás ahí, y pensar que siempre lo estarás.


Disfruto tirada en la cama, con música de fondo. Música alegre, música sentida, música clásica, música inglesa, francesa, española, italiana. Canciones que me sé de memoria, y otras que tarareo. Canciones que no conozco y que descubro en ese mismo instante. Canciones que me traen recuerdos, buenos y malos. Me gusta recordar.


Me gustan las tardes de domingo en casa. Pijama, mamá, daddy, luis y tito. Peli en el salón.


Me gustan los planes improvisados sobre la marcha y los "planes planeados", que esperan a ser modificados.

Me gustan las conversaciones con desconocidos en el metro, el avión, el tren o el autobús. Me gustaría que esa gente volviera a aparecer igual que la primera vez, sin previo aviso, por sorpresa.




mg

jueves, 29 de octubre de 2009

Hoy ha sido un buen día





Hoy el día se presentaba como todos los demás: madrugón, biblio, clase, reunión... Lo único especial que iba a hacer era ir al pabellón de la Alamedilla por la tarde, a conocer a los que van a ser mis nuevos compañeros los jueves por la tarde.



Llegué con Rosa al túnel de vestuarios. a lo lejos vimos a Eugenio, el coordinador del ámbito deportivo de la asociación AVIVA. Detrás de él un grupo de chicos (y no tan chicos) con parálisis cerebral y síndrome de Down. Ellos eran. Allí estaban, sonrientes, emocionados, ilusionados.


Uno de ellos se nos acercó y nos preguntó por nuestros nombres. "Pues yo soy Alberto". Naturalidad y sonrisas. ¡Esto pinta bien!


Ya en las canchas, Eugenio nos fue presentando a algunos de los chicos: Alex, Marisa, Roberto, Pili... Todas las alturas, todas las edades, diferentes grados de discapacidad... Pero un factor común: ganas de pasarlo bien y de olvidarse de lo que les ha brindado la vida.



Empieza el entrenamiento. Unas vueltas al campo, cada uno a su ritmo pero todos corren, voluntarios y discapacitados. Aquí no se hacen diferencias, así que a partir de ahora yo tampoco las voy a hacer, no viene a cuento. Un poco de estiramiento y comienza lo "serio".


Me siento un poco observada. Todos me miran, preguntándose quién soy, sin maldad ninguna. Ya me voy quedando con algunos nombres. Marisa resopla. "¿Qué te pasa Marisa, ya estamos cansadas eh?". Me explica que por la mañana también estuvo jugando en su centro y que todos los días hace algo de ejercicio: tenis, pádel, piscina, fútbol... ¡¡Esta chica se apunta a un bombardeo!!


Eugenio, Falla, Javi, Javi y yo. Equipo para el Rey de la pista. La jugada: balones a Javi. Pasos, dobles... pocos se salvan. Tampoco es importante. Nuestro pívot se encarga de la faceta anotadora de nuestro equipo y Eugenio de darle vidilla al partido. Este hombre claramente ha nacido para esto: anima a todos los jugadores, se inventa pases, crea un ambiente relajado y divertido... Admirable la verdad.


Nos toca descansar. Javi está agotado y me cuenta que estuvo por la mañana cargando con cajas ya que al ser tan alto era el único que llegaba a colocarlas el su sitio. El otro Javi es de Palencia y está de prácticas.


Las siete. A estirar y a casa. Alberto cuenta que el se va a ver al Salamanca, que tiene partido de Copa contra el Racing y que sin lugar a dudas va a ganar por lo menos 3-0. José María se queda a la segunda sesión, más numerosa y con gente que tiene más dificultades motoras, para echar una manilla. José, el chico hiperactivo, se despide de todos con un buen apretón de manos: "¡Hasta mañana!" Yo me quedo en la banda observando con Rosa.


Se acerca una chica a nosotras "Yo soy Alba ¿y vosotras?" Dos besos, sonrisa de oreja a oreja y vuelta al entrenamiento. Al rato llega y me dice "María, ¿me podrías atar el pantalón?" Es fan de FAMA y se puso a hacer un baile para demostrarnos sus excelentes dotes de bailarina. Risas.


Al rato nos presentaron a Laura. Parece mayor, pero yo con éstos ya no me fío. Habla con Rosa de una conocida en común. Llega Eugenio y le hace una finta de pase: "Ni se te ocurra que te caneo que te caneo". Más risas. Me comentó que había estado en Madrid. Empezamos a hablar y me dice lo mucho que le gusta mi pelo, a la vez que me acaricia la cara y me dice que me quiere. "Te quiero". Son increíbles en serio.


Otra chica que anda correteando por ahí me mira fijamente. Le mantengo la mirada y le sonrío. Ella se ríe avergonzada, pero no quita la mirada. No han hecho falta palabras.



La experiencia genial. Jueves de 18:00 a 20:00. Me han sorprendido gratamente. A ninguno le faltan ganas, a ninguno le faltan las ganas de sonreír.




mg

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Bienvenidos.


No sé cuanto durará esta aventura. Espero que sea larga y fructífera, que os guste, que me sirva.

De momento, y por falta de tiempo, ya está, sólo una breve presentación.



mg